Leo Messi ha vivido los últimos años el peso de ser continuamente comparado a Diego Maradona, el mejor jugador argentino de todos los tiempos. Pero tras lograr el pase a la final del Mundial de Brasil 2014, tiene ocasión de acercarse al mito.
Tras la victoria de Argentina este miércoles en semifinales contra Holanda (4-2 en los penales tras un partido sin goles), a Messi solo le falta un paso, la final contra Alemania el domingo, para igualar el título de Maradona, que fue campeón con Argentina en México-86, antes de disputar una segunda final, en Italia-90, que perdió con Alemania.
Messi hace tiempo que tenía entre ceja y ceja este Mundial y por eso trató de llegar en mejor forma a Brasil que lo que lo hizo en los dos anteriores Mundiales en Alemania-2006 y Sudáfrica-2010, donde su equipo cayó en cuartos.
La afición argentina le reprochaba siempre que brillaba en el Barcelona pero no en la Albiceleste. Esa incomprensión le dolía mucho y le ha llegado la hora de saldar cuentas pendientes.
"No quiero ser campeón del mundo con Argentina para que la gente diga que así seré un grande como Pelé o Maradona, lo quiero ser para conseguir este objetivo con mi selección y para sumar este título a mi palmarés", declaró Messi en una ocasión a ESPN.