martes, 11 de agosto de 2015

Barcelona sufrió, pero es Supercampeón


El Barcelona se alzó con la Supercopa de Europa, el primero de los seis títulos a los que opta esta temporada, tras derrotar en la prórroga al Sevilla (5-4), en una auténtica fiesta del fútbol español que se decidió el futbolista que está a punto de abandonar el club: Pedro Rodríguez.

Tuvo que ser el futbolista canario, que está a horas punto de abandonar el Barcelona, el que pusiera el broche a los 115 minutos ante el júbilo de los 55.000 aficionados que llenaron las gradas del estadio del Dinamo de Tiflis, que no dejaron de animar al equipo de Luis Enrique.

El campeón de Europa, en el que Lionel Messi marcó dos bellos goles a balón parado en los primeros quince minutos, sudó la victoria, ya que el Sevilla se adelantó en el marcador a los tres minutos y posteriormente logró remontar un marcador desfavorable de 4-1 en el segundo tiempo.

De esta forma, el Barcelona de Luis Enrique logra el póker de títulos en lo que va de año -liga, copa, liga de campeones y el título de esta noche-, se acerca al sextete e iguala con el AC Milan en el historial de Supercopas de Europa con cinco entorchados.

Todas las estrategias de los dos equipos se fueron al traste al poco de comenzar el partido con el golazo del argentino Ever Banega, cuyo impecable saque de falta al borde del área hizo inútil la estirada del portero azulgrana a los tres minutos.

Los sevillistas se las prometían felices, pero su alegría apenas les duro un suspiro, ya que Messi devolvió el empate en el marcador tres minutos después devolviendo la falta perfecta a su compatriota argentino.

El uruguayo Luis Suárez provocó de manera muy inteligente una falta al borde del área, una posición inmejorable para el zurdo argentino, que rompió las telarañas de la portería defendida por Beto. “Messi, Messi, Messi”, coreaban los aficionados barcelonistas en el estadio del Dinamo Tiflis provenientes de todos los rincones del planeta fútbol segundos antes de que el astro argentino tirara la falta, en una auténtica premonición.