No hay ninguna duda que la historia del Leicester City la temporada pasada fue una cosa de otro mundo, sacado de un cuento de hadas. Sin embargo, esta campaña ha sido un golpe de realidad y uno muy fuerte.
Su última derrota ante el Manchester United lo dejó muy cerca de meterse en puestos de descenso. En realidad, si el Crystal Palace hubiera ganado ya estarían ahí, pero se salvaron.
Y es que después de un sueño en 2015, el 2016 y 17 se han convertido en una verdadera pesadilla para los Foxes. Lo único bueno que tienen, es que siguen vivos en la Champions League pero se concentraron tanto en este torneo que descuidaron la liga.
Los números no mienten: el Leicester está empatado con Southampton y Sunderland como la tercera peor ofensiva de la liga con 24 goles anotados. Tienen la cuarta peor diferencia de goles en la competencia y también están en el Top 5 de las peores defensas con 41 tantos recibidos.
También hay que sumarle que la salida de N’Golo Kanté les dolió en el alma. El francés está convertido en una máquina de recuperación de balones en el Chelsea y Claudio Ranieri no pudo reemplazarlo.
Por si fuera poco, los refuerzos no han funcionado. Ahmed Musa llegó como el fichaje más caro en la historia del Leicester y no ha hecho prácticamente nada. NampalysMendy tampoco ha rendido lo esperado y de ahí también viene la debacle.
Ahora, la Champions debería de ser un objetivo secundario. Lo que les urge es aplicarse en la Premier porque sino serán el primer campeón que a la siguiente temporada desciende ¡desde 1938!