La eliminación del Manchester City en cuartos de final de la Champions Leagueante el Olympique de Lyon supone un nuevo fracaso para Pep Guardiola en la máxima competición continental, ya que suma su octavo año sin alcanzar la finalpese a invertir 1.000 millones de euros en fichajes.
Guardiola marcó una época con el FC Barcelona, al encadenar cuatro títulos de Liga y conquistar dos 'orejonas', la última en 2011. No obstante, desde que dejó el Barça un año después la Champions se le resiste.
El técnico comenzó una nueva etapa en 2013, al fichar por el Bayern de Múnich, equipo que dirigió durante tres temporadas. En el ámbito nacional las cosas no le fueron mal, pues se apuntó las tres Bundesligas que disputó y ganó dos Copas de Alemania.
No obstante, en la Champions no logró pasar de semifinales, aunque invirtió más de 200 millones en jugadores como Thiago Alcántara, Benatia o Douglas Costa. En aquellas tres temporadas el conjunto alemán se quedó fuera de la final tras caer ante Real Madrid, Atlético de Madrid y Barcelona.
Guardiola dejó el Bayern en 2016 y dio el salto a la Premier League para dirigir al Manchester City, donde el gasto en fichajes se ha disparado desde su llegada y donde sus registros en la Champions son aún peores que en Alemania.
Es cierto que de la mano de Guardiola el City ha logrado dos títulos de la Premier y tres Copas de la Liga, pero cada temporada ha terminado con un batacazo de los 'sky blues' en la máxima competición continental: en su primera temporada cayó en octavos y en las tres últimas, en cuartos de final.
Llama la atención que el Manchester City ha desembolsado casi 800 millones en los cuatro años que el entrenador catalán lleva en el cargo. También es anecdótico que la mitad de esa cantidad fue a parar a refuerzos para la defensa.
Entre las más de 30 incorporaciones del club 'citizen' en 'la era Pep' destacan las fuertes apuestas por Gündogan, Gabriel Jesús, Sané, Stones, Bernardo Silva, Walker, Laporte, Mendy, Mahrez, Cancelo o Rodri Hernández. Solo estos 11 jugadores costaron la friolera de 650 millones.
El balance del técnico español en los últimos siete años arroja unos gastos que pocos equipos pueden afrontar y otros tantos años de decepciones en la Champions, uno de los principales objetivos de los clubes en los que ha trabajado y un título que se le resiste.